Luego de la matanza de Trelew que me marcó profundamente, cayó en mis manos "El diario de Ana Frank”. Me enteré que hacía muchos años habían hecho una versión en teatro. Busqué la obra y me pareció que la versión era vetusta y opacaba la fuerza del testimonio pero reservamos los derechos a Lorens Smith y me propuse producirla. Tenía 20 años.
José Bianco realizó la versión que estrenamos en 1974.
Habíamos fijado fecha de estreno para el 5 de Julio, (día de mi cumpleaños) los ensayos se habían puesto muy dramáticos porque ya habían empezado a aparecer las listas de amenazados por la triple A.
Diego Varzi, pareja de Graciela Dufau, (que interpretaba a Mip) estaba en la comisión de Actores y trajo lo que supongo sería una copia de las listas.
Recuerdo la primera noche que supimos. Nos fuimos a tomar algo después de los ensayos con Alicia Berdaxagar, Flora Steinberg y Stellita de la Rosa. Pedimos vino blanco y Flora se reía con aquella risa increíble que tenía, no podía dejar de reír dramáticamente y nos mirábamos cada tanto con una tristeza que era desconocida para mí.
Nuestros ensayos seguían enriqueciéndose con los aportes de nuestro asesor de costumbres judías, Isaac Spiegel, perfeccionando las ceremonias religiosas y sobretodo la fonética de las canciones.
Se lanzó la publicidad para el 5 de julio, Flora hizo vareneques de papa para todos para festejar la proximidad del estreno, pero el 1 de Julio de 1974, se murió el general. No recuerdo ya la fecha real del estreno porque todo entró en otra dimensión, luctuosa y también confusa, amenazante.
Estrenamos, estuvimos seis meses en cartel y un día yendo hacia mi casa, tengo unas de esas grandes visiones de la vida, así lo sentí. Habían talado un árbol centenario y estaba allí descuartizado atravesando la calle. No sabía en toda su dimensión lo que era un árbol, pero me asomé y vi un mundo. Había nidos destrozados, había pedazos de pájaros, había sangre transparente y blancuzca de árbol y círculos en el tronco. Infinita cantidad de círculos que hablaban de un origen.
Una visión terrible.
Una tragedia.
Cuando me recuperé vi que al lado había otro árbol igual, que correría probablemente la misma suerte y pregunté. Estaba planificando la ampliación del ministerio de Relaciones Exteriores y Culto y los árboles no respetaban la línea de los edificios y habían decidido talarlos.
Fui a mi casa y empecé a comunicarles a los vecinos del edificio. Redacté una carta para que todos la firmaran y una de las vecinas, me dio un teléfono y unas indicaciones. Hice todo lo que me dijo y también una denuncia en la comisaria, pero en esos tiempos a nadie le importaban los árboles. No obstante, a los dos días me llamaron a mi casa, de parte de la mujer que me vio tan desesperada y me dijeron que mi pedido había sido atendido y si podía reunir a los firmantes junto al árbol a las 11 de la mañana del día siguiente. Así lo hice.
Todos vimos llegar un auto oficial negro y bajó Isabel Perón, con su vestidito negro de viuda, una cartera también negra y zapatitos haciendo juego. Nos dio dos besos a la española y la mano (blanda, húmeda y fría) a cada uno mientras se puso una placa dónde por decreto número (...) el árbol estaba protegido. (Increíble escena de mi vida y no quiero extenderme aquí en consideraciones)
Cada vez que veo el edifico retrocediendo ante la majestuosidad del árbol me emociona. Pero hoy el árbol se me reveló muy misteriosamente. Hoy a la misma hora mi hija y yo fuimos a cancillería. Ella al Palacio San Martín y yo al auditorio Manuel Belgrano, enfrente. Ella a una reunión relacionada a derechos de personas con discapacidad y yo a un primer evento en defensa de derechos de nosotros los autores. Cuando hice la conexión me sentí que tanto mi hija como yo estábamos al amparo de ese árbol enorme, cargado con sus hojas de otoño. Es como si hubiera hablado y todo cobrara un sentido mágico, magnifico y relacionado con el derecho a la vida. El derecho que tenemos todos a SER y que hay maravillosas correspondencias y sentidos.
Publicado en Facebook el 2 de Julio de 2013
Masacre de Trelew (22 de Agosto de 1972)
Ana Frank (1929 -1945)
Reunión en la casa del dramaturgo Luis Basurto,
Osvaldo Dragún, Ricardo Talesnik, Berta Singerman,
Rosángela Balbo, Héctor J Cámpora, Héctor Argente,
Henny Trayles. (6 de Julio 1974) Ciudad de México.
Pocos días después de la muerte de Perón, Cámpora viaja a México, país que recibió a muchos exiliados argentinos.
La urgencia me hace pensar que "el viejo" los frenaba.
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